El equipo de la 4T

El domingo 24 de enero, luego de anunciar reacción positiva a la prueba de Covid 19, el presidente Andrés Manuel López Obrador entró en proceso de tratamiento de la enfermedad, que implicó su retiro temporal de la actividad pública. En torno a la noticia, se generaron expresiones de todo tipo: la mayoría de la población lamentó el hecho, se solidarizó con el mandatario, y le deseó pronta recuperación; aunque también hubo manifestaciones de descrédito y burla por parte de quienes ponen por delante la animadversión ideológica y política, y soslayan cualquier atisbo de humanidad, tal vez porque carezcan de ella.

Más allá de las muestras en torno a la salud del mandatario, tomó fuerza la discusión sobre lo inmediato y lo mediato. Por un lado, si bien está estipulado que quien dirija la Secretaría de Gobernación queda a cargo del gobierno hasta el retorno del titular, surgían dudas sobre la posibilidad de que continuase la dinámica impresa por el jefe de la Nación. El tema emblemático era, casualmente, el de “las mañaneras”, donde se cuestionaba si la exministra y doctora Olga Sánchez Cordero pudiese desahogar con éxito tales sesiones informativas. Por otro lado, no faltó quien elucubrara acerca de qué ocurriría con el rumbo del país si López Obrador no lograse recuperación plena y hubiese que sustituirle; varios representantes de la comentocracia más ruin llegaron a atribuir daños irreparables a su salud, en evidente pretensión de causar desasosiego social.

Con el interés de confortar al pueblo y calmar especulaciones, el viernes 29 el presidente dio un mensaje de aliento. De un plumazo, o más bien de un YouTubazo, desarmaba a los agoreros moralmente derrotados. En el inter, las mañaneras continuaron; la Dra. Sánchez Cordero mostró el aplomo y las tablas necesarias para satisfacer con alto decoro el compromiso de rendición de cuentas que se ofrece al pueblo a partir de esta administración. Con un matiz propio, por supuesto; a veces destilando ternura extrema (“a ver, tú, el de la chamarra bonita”; “tú, la de pelo blanco como el mío”), a veces mostrando dureza incuestionable a preguntas necias (“te estoy relatando por qué [hice lo que hice]… muchas gracias”), la señora secretaria ha dejado en claro que Andrés Manuel no está solo. Aún más, su alejamiento de la palestra pública ha servido para mostrar que México no es más “país de un solo hombre”: hay un equipo.

En efecto, así como en Gobernación, personajes del primer círculo y otros niveles (Marcelo Ebrard, Jorge Alcocer, Rocío Nahle, Irma Eréndira Sandoval, Luís Cresencio Sandoval, José Rafael Ojeda, Arturo Herrera, Zoé Robledo, Hugo López Gatell, Alejandro Encinas, Horacio Duarte, Raquel Buenrostro, Santiago Nieto, y otros funcionarios cuyos nombres escapan a la memoria) han seguido cumpliendo con las tareas asignadas, coordinándose a la luz del gran objetivo de servir a la Nación. Pese a que han ocurrido dificultades y errores, y ha acontecido un inagotable bombardeo de denuestos por parte de los detractores, el balance parece favorable.

Por supuesto que los malquerientes no pierden el tiempo; utilizan cualquier argucia para intentar descarrilar al gobierno. El lance más reciente es acusar a la exministra de mentirosa en referencia a un asunto del que se tuvo que imponer, por razón de actuar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ocurrido en el año 2007. Sí, hace más de 13 años. Lástima que aquí no se trata del impresentable Calderón para que salga en su auxilio el impresentable Jorge Ramos afirmando que, “eso fue hace mucho”.

En seguimiento al informe de su recobro, el 4 de febrero el presidente apareció nuevamente en un video, anunciando no sólo su restablecimiento físico, sino la continuidad de su labor. Sabido es que lo suyo es la lucha constante, que antes de llegar a la responsabilidad actual tuvo que sortear muchos obstáculos; pero esta vez la nueva que ha salido airoso frente al Covid 19 ha sido acompañada de innumerables muestras de alegría, de mandatarios y ciudadanos de entidades hermanas inclusive. Bien por él, bien por el país.

La cuarta transformación continúa. Ojalá pronto, cuando todos estemos vacunados, coincidamos en que la unidad y la colaboración son las vías óptimas para acercarnos, como buen equipo, a un mejor México.

Fuente de imagen: Reuters
Twitter: @RicSantes Fecha de publicación en otros medios:

Plumas Libres, dd-mmm-yyyy

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