El secretario Toledo y los demás

En reciente aparición virtual, el Dr. Víctor Manuel Toledo Manzur, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), externó apreciaciones sobre el quehacer de la administración pública federal. En aparente desplante de sinceridad (se dice que estaba con miembros de su equipo), aunque de franca ingenuidad, manifestó inconformidad respecto a la actuación de algunos pares, como los titulares de agricultura y desarrollo rural, Víctor Villalobos Arámbula, y energía, Rocío Nahle García; además de dos subsecretarios, uno en gobernación y otro en economía. Asimismo, se quejó del jefe de la oficina de la presidencia, Alfonso Romo Garza.

De cara a diferentes asuntos en que participó con dichos funcionarios, el Dr. Toledo llegó a la conclusión que nadie aparte de la dependencia a su cargo se preocupa por la protección de la naturaleza y la salud de la población. “No estamos en un gobierno del lado nuestro […esa] visión que compartimos todos nosotros no está para nada en el resto del gabinete y me temo que tampoco está en la cabeza del presidente”, aseveró. Según él, todos los demás funcionarios están interesados en los negocios, la obtención de ganancia económica, o cualquier otra cosa, menos en el tema ecológico/ambiental. Por razón de esas diferencias, expresó que la 4T, “como un conjunto claro y acabado de objetivos, no existe”, que el gabinete está plagado de “contradicciones muy fuertes […] brutal[es]”, que se desvelan como luchas internas de poder.

Al filtrarse el audio con las declaraciones del titular de Semarnat, se dijo en medios que hay “fuego amigo”, que la filtración ocurrió para exponerlo, en la expectativa que ello provocase su renuncia. Así, continuó la especulación, se vería beneficiada el ala que defiende la racionalidad del lucro, del business as usual y nada cambiaría, pues se seguiría trabajando tal como se hizo durante el reinado de los gobiernos neoliberales.

Es de subrayarse que las manifestaciones de Toledo Manzur se dieron en el contexto de una reunión con miembros cercanos; es decir, con quienes supuestamente piensan como él. Por tanto, el “fuego amigo” sucedió desde adentro gracias a un desleal que filtró el audio. Es evidente que Don Víctor no pudo contener en su pecho la incomodidad que le causa el estado de cosas, las que en su opinión se hacen mal. Lo que no dimensionó –y por ello incurrió en una ingenuidad terrible –es, por un lado, que sus palabras serían utilizadas dolosamente; por otro, que la mejor vía para solucionar cualquier desavenencia es discutirla con la contraparte, o como último recurso, plantearla al inmediato superior… ¡pero no con “los muchachos”!

Toledo declaró que no percibe un gobierno a favor, que la visión de la Semarnat no es compartida por otras dependencias. Coincido, pues mientras la primera defiende la agenda ambiental, el resto se aboca al fomento del crecimiento económico y prioridades adicionales. Pero su queja suena más bien a otra ingenuidad; porque ¿cuándo la protección y conservación de la naturaleza y sus recursos han sido compromisos de oficinas de economía, energía, agricultura o gobernación? De hecho, la mismísima Comisión Nacional del Agua, dependiente de la Semarnat, privilegia una agenda que no se alinea con los propósitos de la gestión sostenible de los recursos hídricos. ¿Eso no lo sabía el secretario?

Personeros de medios insidiosos preguntaron al presidente López Obrador si Toledo ya había presentado su renuncia; la respuesta fue no. En mi opinión, mal haría Don Víctor en dar ese paso. Es un reconocido académico con un profundo conocimiento de la problemática socioambiental del país; con una visión perfectamente empática con el objetivo de transitar hacia un modelo de desarrollo alternativo, donde la naturaleza y sus recursos, así como las culturas y saberes originarios, adquieran un papel principal. Debe permanecer en su puesto.

Coincidiendo con la permanencia de Toledo, algunos piden en cambio la renuncia de Alfonso Romo, con quien al parecer se dan las mayores discrepancias. Considero que esta posición es errónea; porque tanto uno como otro funcionario (y aquí podríamos sumar a Villalobos, Nahle, etcétera) pretenden responder a los compromisos adquiridos al aceptar responsabilizarse de los diferentes puestos directivos. Nada más; o si hay otra razón, habría que aclararlo.

No es cuestión de renuncias sino de alineación y compatibilidad de visiones hacia un bien mayor. El reto es que cada miembro del gabinete tenga la humildad de despojarse de su ropaje de soberbia y su aire de superioridad sobre los demás, y se ponga a trabajar en equipo para el logro de un México mejor.

Sí, la Cuarta Transformación o 4T no existe como algo concreto y acabado; pero ello es, simple y sencillamente, porque por definición la transformación es un proceso de cambio. Y sí, efectivamente, el gobierno está lleno de contradicciones; pero cómo va a ser de otra manera, si aún no completa ni dos años de camino: como se dice coloquialmente, lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer.

Fuente de imagen: Gobierno de México
Twitter: @RicSantes Fecha de publicación en otros medios:

Sin Línea Mx, 9-ago-2020

Plumas Libres, 11-ago-2020

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