Dinero público, televisoras y una candidatura presidencial

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Ricardo V. Santes Álvarez

 

Durante el debate del 6 de mayo, el Sr. Enrique Peña Nieto espetó “Si la televisión hiciera presidentes, usted sería presidente, porque en su gestión como Jefe de Gobierno destinó más de mil millones de pesos […] para la comunicación social y esto representa el doble que destinó el Estado de México”. El Sr. Andrés Manuel López Obrador denunciaba en ese momento el consumo de recursos públicos que el abanderado del PRI realizó como gobernador del Estado de México para construir su camino hacia la presidencia de la República, al cobijo de Televisa y TV Azteca, entre otros medios de comunicación, y esa fue la respuesta que obtuvo del aludido. En reiteradas ocasiones, el candidato de las izquierdas ha denunciado que el Sr. Peña Nieto mantiene una relación insana con el duopolio televisivo que ha generado un ambiente de iniquidad, no sólo en la cobertura informativa sino en el trato que esas empresas dispensan a sus adversarios políticos.

Parece insustancial pensar cuánto derrocha un político para llegar a ser presidente. Porque para un mexicano ordinario ¿cuál sería la diferencia entre 500, 700, o 1000 millones de pesos cuando su preocupación diaria es hacer rendir su precario presupuesto para librar el día? Entonces ¿de qué sirve saber el monto empleado por un político para hacerse publicidad? Ante todo, hay que considerar que el dinero que manejan los políticos no es de ellos; es dinero público, ese que aportan los mexicanos que pagan impuestos para destinarse al bienestar general. Siendo así, a muchos debe interesar conocer a dónde va su dinero.

Superada la crisis sobre la edecán “del IFE”, vemos que el gasto en publicidad, que el candidato Peña Nieto puso definitivamente sobre la mesa, es uno de los temas trascendentales en este período de pos-debate. El antecedente inmediato es el siguiente:

El Sr. Peña Nieto y su coordinador de campaña han afirmado que, en el período 2001-2010, el Sr. López Obrador gastó casi 2 mil millones de pesos en publicidad para comunicación social. En principio, aquí aparece una imprecisión porque las cuentas de los denunciantes incluyen las administraciones de los Sres. Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard; supongo que ocurrió por un error involuntario, aunque por consecuencia, lo de los 2 mil millones requiere sostenerse mejor. El candidato López Obrador rechazó esas afirmaciones; admite que en el período 2001-2005, cuando Jefe de Gobierno del D.F. invirtió la cantidad de $557 millones en contratos de publicidad para comunicación social, con diversos medios.

El Sr. López Obrador, por su parte, dice que el Sr. Peña Nieto ha incurrido en gastos que rebasan los 600 millones por año, para promocionar su imagen y posicionarse como el candidato triunfante de la carrera por la presidencia. Éste rechaza también estas afirmaciones, y asevera que en su gestión como gobernador del Edo. de México, esto es por seis años, invirtió en comunicación social poco más de 640 mil millones. Nada más.

En entrevista con Carmen Aristegui, el director de Fundar, centro de análisis e investigación, concluyó que en México es muy difícil conseguir de las entidades públicas información fidedigna. De acuerdo. Basta recordar el pesimismo de Jacqueline Peschard, comisionada presidenta del IFAI, respecto a la reprobable opacidad con que se conducen las instancias gubernamentales de México para llegar a la misma conclusión. Quien desee estudiar la realidad mexicana debe trabajar con lo poco que consigue y de ahí realizar ejercicios de inferencia que den un poco de luz en este mar de oscuridad. Es de elogiarse por ello el esfuerzo de Fundar y la organización Artículo 19, quienes consiguieron que la Coordinación General de Comunicación Social del Estado de México respondiera a la solicitud 00025/CGCS/IP/A/2011 y brindara información sobre el gasto total ejercido por el gobierno en los años del 2005 al 2010, en comunicación social y publicidad, con el desglose del gasto por medio al que fueron destinados los recursos. La aportación es escueta, pero lo relevante es que contiene datos entregados a Fundar por una instancia oficial del Estado de México, que permite descubrir algunos rasgos interesantes, como se ve en las gráficas que aquí ofrezco.

 

 

La figura 1 muestra el gasto en publicidad en el período 2006-2010. Se observa que de poco más de 635 millones de pesos la empresa Televisa recibió 44.66% y TV Azteca 15.35%, mientras que el restante 39.99% fue repartido entre un número de medios que osciló entre 244 y 71. Quiere esto decir que dos empresas nada más, las televisoras, recibieron el 60% del presupuesto público mexiquense para publicidad. En la gráfica de la figura 2 se observa la distribución del presupuesto entre las empresas que mayores cantidades recibieron en el período de análisis (se anota el número total de medios por año). En todos los casos, Televisa primero y TV Azteca después, fueron quienes más dinero recibieron del gobierno del Sr. Peña Nieto. Se subraya que esa es la información oficial obtenida por Fundar y de ella se derivan los resultados.

 

 

El jueves 10 de mayo, en el programa radiofónico de Carmen Aristegui, el Sr. López Obrador enunció los gastos en comunicación social realizados durante su gestión como Jefe de Gobierno. Los datos se condensan en la gráfica de la figura 3. Se trata de gastos anuales en contratos de comunicación social durante el período 2001-2005. Dijo que su cuenta da 557 millones, aunque los datos que apuntó arrojan una cantidad menor: $555,641, 836.99. Sin el desglose de montos nos encontramos con una contribución menos rica que la del Estado de México, aunque López Obrador comentó que Televisa, TV Azteca y Canal 40, entre otros, se hallan en la lista de contratos. Está pendiente que el Sr. López Obrador informe cuánto dinero se fue a las televisoras durante su gestión; eso abonaría a contar con elementos de juicio adicionales.

 

El candidato de las izquierdas dice que los medios hacen presidentes, y se remonta a la historia de México, así como a experiencias internacionales para fundamentar su aserto. Denuncia que el Sr. Peña Nieto es un producto televisivo. El representante del PRI se defiende diciendo que “si la televisión hiciera presidentes…” etcétera. Independientemente de que la televisión haga o no presidentes, el “dato duro” que brinda una dependencia gubernamental del Estado de México permite concluir que los dueños de la televisión se benefician exorbitantemente del dinero de los contribuyentes.

Respecto a este controversial tema, en el mismo programa radiofónico de Aristegui, un conocido escritor comentó, con sorprendente manoteo histérico: “Estamos discutiendo esto como si fuera un delito. Como si no estuvieran autorizados los gobiernos en sus presupuestos oficiales a gastar en comunicación social. Quizá es una barbaridad [que este país] gaste tanto en comunicación social, quizá hay que acabar con eso, pero en este momento NO ES UN DELITO […]”.

Habrá que revisar qué significa “comunicación social” para gobernantes y algunos comunicadores. Porque si bien lo que se destina para ese propósito no sea una falta a la legalidad, en la percepción de un gran sector de la población se trata de dinero público que la clase política dilapida por intereses personales o de grupo, cuando que en un país como México existen necesidades realmente apremiantes.

 Twitter: @RicSantes

Ver también: Los Ángeles Press


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