López Obrador ¿La Opción para México?

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Ricardo V. Santes Álvarez

 

I. Escenario

Ante la inconformidad y desencanto social, el poder formal y grupos influyentes pretenden desprestigiar la alternativa de la política e inmovilizar la sociedad a través de la trivialización y deformación de la realidad. Se ha llegado a caer en grotescas escenificaciones de “autoridades justicieras” y en la burla de las desgracias del marginado: personajes como el “choferín” o los “peluchines”, hacen las delicias de los dueños de los medios y el dinero, pero a la vez “enganchan” a los desinformados. De esa manera, desde el poder se mantienen e imponen personajes poco enaltecedores en los cargos más relevantes del gobierno.

Sin olvidar los logros y desaciertos de un partido que gobernó por más de 70 años a nivel federal, y que en algunas entidades sigue tan saludable como un veinteañero, la transición ha dado decepciones, sobre todo en las dos últimas administraciones. Las pifias del foxismo afectaron mucho al país; el “comes y te vas” o el malogrado desafuero del Jefe de Gobierno del D.F., son episodios vergonzosos. Aunque el calderonismo resultó peor, y el saldo negativo para la mayoría de los mexicanos es grave: bolsillos casi vacíos, con mínimo poder adquisitivo; niveles de educación y salud por los suelos; y un clima de inseguridad, muerte y corrupción gubernamental tan reprobables que hasta fueron tema en la homilía de Benedicto XVI, durante su visita a México.

Por tales motivos, es razonable pensar en una opción real de cambio para conseguir mejores condiciones de vida. La misma, debe fundamentarse en un proyecto nacional diferente a lo conocido; amplio, incluyente, transparente; donde todos los sectores y todas las fuerzas políticas se vean reflejadas. Pese a ser las más obligadas a hacerlo, las fórmulas políticas que ya han estado en el poder no parecen querer marcar diferencia, por lo que más y más personas se preguntan si la Izquierda es capaz de llevar al país a mejor puerto. Adicionalmente, un proyecto político debe presentar una figura que lo encabece, y aquí surge un problema, pues cuando la política y sus propósitos encuentran cuerpo y forma en una persona parece difícil diferenciar el lado objetivo del asunto de aquel de tipo valorativo. En lo que sigue, pretendo argumentar sobre una alternativa que luce distinta, la del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador. Me enfocaré en el individuo y su propuesta.

II. El individuo

En el candidato de las izquierdas pueden descubrirse al menos seis características: 1) Cohesión: mediante un trabajo de años que lo ha catapultado como el líder del momento, su palabra es un elemento de cohesión para los más diversos sectores; 2) Coherencia: experiencias recientes pudieron haber descarrilado su capital político; no obstante su coherencia le ha permitido continuar representando una opción atractiva; 3) Resistencia a la corrupción: siendo uno de los personajes más vigilados, no se ha sabido que durante su participación como servidor público haya incurrido directamente en falta; 4) Interés por México y sus problemas: entre los actuales candidatos a la presidencia, es el único que ha recorrido los 2,435 municipios de México, conociendo sus problemas de primera mano; 5) Tolerancia: se le ha juzgado como intolerante a la crítica; no obstante, sus recientes muestras de inclinación a la reconciliación señalan un personaje que reconoce a la tolerancia como imprescindible para satisfacer los objetivos mayores; 6) Estilo político distinto: el candidato López Obrador ya dio a conocer el equipo de colaboradores en su posible administración; ningún candidato de otro partido ha actuado así.

III. La propuesta

De poco vale para el interés general un político sin programa de trabajo, pues éste es el aspecto más importante de quien pretenda dirigir los destinos nacionales; es donde se conjugan las aspiraciones y capacidades individuales con los compromisos que se contraerán con la sociedad. En su propuesta, López Obrador confirma una visión distinta. Del no lejano 2004, cuando presentó el Proyecto Alternativo de Nación, a marzo de 2011, cuando expuso el Nuevo Proyecto Alternativo de Nación, lo importante se mantiene, a la vez que se refina. De los 20 postulados hacia “un cambio verdadero”, ahora se detalla una cincuentena de puntos/acciones que el político juzga como reflejo del sentir y pensar de los mexicanos.

El Nuevo Proyecto Alternativo de Nación presenta un listado de propósitos consensados con muchos mexicanos en el país. Entre los principios guías está el pugnar por un Estado social y democrático de Derecho; con esto, es claro que López Obrador no es un personaje anclado en el pasado; no es un representante de la “vieja izquierda” como algunos suponen, sino alguien que sabe que la historia no debe olvidarse, que de ella debe rescatarse lo mejor para construir el futuro.

IV. Perspectiva

La propuesta de López Obrador abre la puerta a la inclusión y la transparencia, propias de un proyecto democrático innovador. Por un lado, sectores que históricamente han sido excluidos del debate político y el desarrollo nacional ahora parecen tener un lugar relevante, sin menoscabo de aquellos que siempre han participado en el destino del país. Por otro, la gestión de los asuntos de interés general, y los recursos que se destinan a los mismos, se ubican en un sitio a donde todos pueden asistir para velar por que lo que es de México se utilice en beneficio de los mexicanos. Se trata de propósitos asentados en la realidad nacional, pero viables de realización sólo si se cumple con una condición esencial: la corresponsabilidad de los mexicanos para su logro.

Andrés Manuel López Obrador puede ser la opción para el cambio en México siempre y cuando sea acompañado por quienes quieran responsabilizarse de vivir en un país mejor.

  Twitter: @RicSantes

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